Homenaje a Rafael Alberti

Desde estas páginas queremos sumarnos a las celebraciones que conmemoraron el Centenario del Nacimiento de Rafael Alberti (B.O.E. 1 de noviembre de 2002). El 16 de diciembre de 2002 se cumplieron cien años del nacimiento del poeta gaditano, uno de los poetas y dramaturgos más relevantes de las letras españolas del siglo XX. A este merecido homenaje también nosotros nos adherimos con estas poesías referidas a Extremadura y varios recortes de prensa de las visitas de Alberti a nuestra tierra.

Los niños de Extremadura

Los niños de Extremadura
van descalzos.
¿Quién les robó los zapatos?

Les hiere el calor y el frío.
¿Quién les rompió los vestidos?
La lluvia
les moja el sueño y la cama.
¿Quién les derribó la casa?

No saben
los nombres de las estrellas.
¿Quién les cerró las escuelas?

Los niños de Extremadura
son serios.
¿Quién fue el ladrón de sus juegos?
(El poeta en la calle, 1935)

 

Prólogo a el poeta en la calle, 1935

De mi contacto con las masas populares de España surgió en mi la necesidad de una poesía como la que se intenta –muy lejos aún de conseguirse- en este libro. Sin ignorar que todos aquellos poemas que lo integran no reúnen las condiciones necesarias para su repercusión y eficacia en la sala del mitin, en la calle de la ciudad, en el campo o en la plaza del pueblo, quiero dejarlos y justificar aquí su presencia por la sola razón de haber nacido siempre de una exigencia revolucionara. ¡Cuántas veces a la salida del mitin, en el sindicato, en la humilde biblioteca de la barriada o en cualquier lugar de trabajo, después del recital o la conferencia, se me acercaron algunos camaradas para “encargarme” un poema que refleja tal o cual situación política, este o aquel suceso! Y es que cuando el poeta, al fin, toma la decisión de bajar a la calle, contrae el compromiso, que ya solo podrá romper traicionando de recoger y concretar todos los ecos, desde los más confusos a los más claros, para lanzarlos luego a voces allí donde se reclame. De acuerdo o no de acuerdo con esta posición que es un camino, yo sé que esta salida al aire libre, este dejar de devorarnos oscuramente nuestras propias uñas, puede traernos, compañeros poetas –hoy ya lo estamos viendo-, la nueva clara voz que tan furiosamente pide España, liquidados ya estos últimos años de magnifica poesía.


      

Romance a los Campesinos

Campesinos de Zorita
Fueron a los encinares
A coger esas bellotas
Que ni los cerdos ya pacen
Los llevaba el hambre.

Con tres civiles, Juan Gómez
Llegó a las dos de la tarde.
Un tiro arrancó tres ayes.

Se les prometen los campos
Y al campo van a matarles.
Promesa cumplida en sangre.

A un obrero malherido
Se lo llevan por las calles.
Todas las puertas se abren.

Zorita entero en la plaza,
Gritando, protesta en balde.
El que no trabaja no es nadie.

Los propietarios del pueblo
Por más guardia civil salen.
Llegan fusiles y sables.

Sin aviso, rompen fuego,
Tirando a dar y no al aire.
Zorita entero lo sabe.

Niños, mujeres y hombres,
Heridos de muerte caen.
Cumplen las autoridades.

Se les prometen las tierras
Y en tierra van a dejarles.
Promesa pagada en sangre.

¡Campesinos extremeños,
seguid lo que ya otros hacen;
una cadena en la lucha….
y, unidos, senda adelante!
(Consignas, 1933)

   

Poema en Extremadura

Paz a España, paz segura.
Canten abiertos los campos
dichosos de Extremadura.

Lean los niños, las flores,
y entre las negras encinas,
todos los trabajadores.

¡Lejos tanta noche oscura!
¡Para siempre en primavera
la tierra de Extremadura!

Yo os traigo en este pregón,
el libro, fuente de gracia,
que ilumina el corazón.

Agua tranquila, agua pura,
agua que riegue la sangre
del alma de Extremadura.

Libros de amor, luz, ensueño.
Alta vida y viento en calma
en todo el pueblo extremeño
Anaquel, núms. 2 y 3 (1985)