
Villa con ayuntamiento, de la provincia y audiencia territorial de Cáceres (21 leguas), partido judicial de Jarandilla (media legua), administración de rentas y diócesis de Plasencia (8 leguas).
Situada en el camino de Plasencia al puerto del Pico, a la falda de la sierra, entre la de Tormantos y Jaranda o Peña Negra, y en una ladera a 300 pasos de la garganta Horcajo, ventilada de todos los aires y de un clima sano, aunque propenso a las intermitentes tan frecuentes en aquél país.
Tiene 310 casas, que forman el cuerpo de la población, habitadas casi todas por 2 familias; son de 10 a 12 varas de altura¡ con corredores de madera, mala construcción y peor distribución interior. La casa municipal, que en lo antiguo fué un beaterio, y hospital después, además de la sala de sesiones, contiene en su recinto la cárcel, bastante segura, 2 bodegones, habitación para el alcalde, y el local muy capaz para la escuela de niños, dotada con 3.000 reales de los fondos públicos, y retribución de los 70 alumnos que concurren; hay también escuela de niñas, dotada en los mismos términos con 300 reales; buen cementerio; 4 fuentes con sus caños y pitones para el uso doméstico; y una iglesia parroquial en el centro de la población, dedicada a San Pedro Apóstol, cuya bóveda se construyó en el año 1690, con un atrio al sur del edificio, de su misma extensión y bien enlosado; está servida por un cura rector, un vicario o teniente, y un beneficiado simple.
Confina el término: por el este, con el de Guijo de Santa Bárbara y Jarandilla; al sur, con el de Cuacos; al oeste y norte, con los de Tornavacas, Jerte y Garganta la Olla; contando de extensión, de este a oeste, media legua; y de norte a sur, una legua y media.
Báñanle las gargantas de el Yedrón y del Horcajo, que a poco de su nacimiento se reunen a la llamada Cascarones, quedando rodeado el pueblo, excepto por el suroeste; las dos primeras, reunidas, tienen un puente de cantería a 400 pasos del pueblo, camino de Jarandilla, de 24 pies de elevación; otro de igual altura y material llamado de la Vega, camino del río Tiétar; y otro de madera, camino rural; la de Cascarones tiene uno de madera, camino de Cuacos; todas tres son de curso perenne y rápido, dan impulso a 3 molinos de aceite y 5 harineros, crían abundante pesca de truchas, y se invierten sus aguas en el riego de muchas posesiones que se hallan en el término.
El terreno es la mayor parte de cerros y cordilleras pedregosas de una elevación desconocida, todo de sierra con enormes peñascos y sinuosidades, pero poblado de castaños, robles y otros árboles, que le hacen tomar un aspecto pintoresco; en las inmediaciones de¡ pueblo están cultivados aún los cerros que parecen más estériles, y que no se prestan a otro cultivo sino a brazo, por cuya razón es sumamente trabajoso, y sólo la constancia de aquellos habitantes puede vencer tantos obstáculos; de este modo pueden conseguir el que de las 1.278 fanegas que el término comprende, se hallan 200 plantadas de viña, 20 de olivos, 8 de prado, 100 para hortalizas y legumbres, y 150 de castaños, nogales, frutales de todas clases y moreras, quedando las 800 restantes completamente incultas, por no consentir ningún género de trabajo; aunque dividido este terreno en proporciones desiguales, todos los vecinos tienen alguna propiedad, y no puede decirse que haya ninguno absolutamente pobre.
Le cruzan 3 caminos, todos a cual más interesante, por el paso de la sierra; el primero va de Plasencia al Puerto del Pico; el segundo se dirige al Campo-Arañuelo; y el tercero, que se llama Puerto Nuevo, conduce por la sierra y collado de la Yegua, a Castilla la Vieja; todos son de herradura, llenos de peñascos y guijarros, y en mal estado, por la naturaleza del suelo; los demás caminos son rurales para el servicio, de las heredades. Entra el correo los lunes, jueves y sábados de cada semana, conducido por un hombre a pie, desde la estafeta de Jarandilla; no hay ni puede haber diligencias ni carruajes de ninguna clase.
Producción: las principales son vino, castañas, aceite,. nueces y seda; también se cosechan legumbres, pimiento y frutas de verano; no existe la de cereales; se mantienen, además, 1.100 cabezas de ganado cabrío, 100 de vacuno y hasta 228 de caballar, asnal y mular; destinadas para usos domésticos.
Industria: si se exceptúan algunos tejedores de lienzo basto, y otros cuantos artesanos para cubrir las necesidades generales, no ejerce ninguna otra si no la del cultivo de huertos y heredades.
Comercio: le hacen los naturales, y arrieros forasteros, extrayendo las producciones que sobran del consumo e importando las que faltan; de las primeras se venden, en Castilla y Extremadura Baja, sobre 2.000 arrobas de vino y 200 de aceite; en Madrid y Castilla, 1.500 fanegas de castañas, 200 de nueces, 200 de higos, 300 libras de seda, 1.000 arrobas de fruta, 10.000 de patatas y 300 de pimiento; proporcionándose, en cambio, trigo, centeno, cebada, garbanzos y telas para su; vestidos.
Población. apiñadas en las 310 casas malas, según se ha. dicho, porque tampoco hay casas rurales, se cuentan 440 vecinos; 2.410 almas.
Capital de producción: 3.894.320 reales.
Impuestos: 194.826 reales.
Contribuciones oficiales ordinarias: 28.156 reales.
Presupuesto municipal: con 2.500 reales de las dotaciones del secretario, 20.000 reales. Gastos provinciales.. 2.750 reales. Estos y los municipales se cubren con 800 reales del derecho de pesos, 6.000 del producto de la dehesa de propios, y el déficit por repartimiento vecinal.
Se ignora la época de su fundación, aunque en el país es tenido por de los más modernos. Forma parte del territorio que se llama Vera de Plasencia; de cuya ciudad fué aldea, aunque siempre independiente en el gobierno local hasta 28 de septiembre de 1802, en que en virtud de real cédula obtuvo el título del villazgo.
Es patria del ilustrísimo señor doctor don fray Pedro de Godoy, del Orden de Santo Domingo, predicador de Felipe IV, obispo de Osma y escritor de teología moral, lo que le produjo para fundar una capellanía de 150.000 reales de capital sobre las sisas de Madrid.
Este pueblo, que se halla en el mayor incremento de su riqueza y población, va decayendo notablemente por efecto de la ambición del mando local, que tiene dividido a los naturales, cada vez más empeñados en sus cuestiones.
Dos veces fué acometido por los partidarios del Pretendiente, en la última guerra civil; en la una, supo conducirse de manera que apenas experimentó daño; en la otra, es el único en el país que los escarmentó poniéndolos en precipitada fuga.
Pascual Madoz. Diccionario histórico-geográfico de Extremadura, 1846