ALANJE (VILLA DE))

Villa con ayuntamiento en la provincia y capitanía general de Badajoz (11 leguas), partido judicial y administración de rentas de Mérida (3 leguas), audiencia territorial de Cáceres (14 leguas), diócesis de San Marcos de León, y dependiente del provisorato de Mérida.

Situada en la cordillera de la sierra que nace del castillo del mismo nombre a la parte del sur, excepto la calle llamada de la Jarilla, que se prolonga y desciende al lado opuesto; le rodean muchos riscos de antiguos nombres cuales son: los de la Sala del Cura, Pata de Buey, Castillejos, Picota, Coso, Mesilla y Piedras de la Encomienda, razón por la que tiene la población una figura muy irregular.

El clima es sano, pero aumentándose la concurrencia a los baños minerales establecidos en aquel punto, abandonan los vecinos en lo general sus mejores habitaciones para arrendarlas a los bañistas, y se reducen a los pasadizos y zaguanes, a los que se atribuyen las intermitentes que les molestan en extremo.

Cuenta la población 241 casas, de 7 varas de altura las que más y 4 las que menos; las calles, aunque sin alineación, son anchas, de buenas aceras y empedradas, excepto 2, tan llenas de riscos, que no ha sido posible demolerlos; la plaza es pequeña y cuadrada, en la fachada que mira a poniente se halla la casa de ayuntamiento, archivo, cárcel y panera. Hay escuela de instrucción primaria pagada en parte por los fondos públicos, y además por la retribución de los 44 niños que concurren. Y, últimamente, la iglesia parroquial dedicada a Santa María de los milagros, de curato perpetuo de oposición.

Muchos son los puntos notables que en las afueras se encuentran: a 220 pasos del pueblo está la fuente de la Jarilla y a 80 la titulada del Baño, de las que se surten los vecinos, tan abundantes, que aún podrían bastar a una población más numerosa. A 80 pasos al oeste, la ermita de San Gregorio, y a su inmediación la laguna del mismo nombre para el abrevadero de los ganados; esparcidas por las inmediaciones, las fuentes del Moral, de la Mira, del Cañuelo del Arguijuela y Cerro del Moro, muchos huertos de frutales y naranjos. Las ruinas del fuerte y plaza de toros, situada sobre el cerro llamado el Coso. Otro gran castillo, también arruinado, sobre el cerro que domina la población, del que todavía se conserva una garita e 56 palmos de altura, y una pieza de bóveda: se surtía de aguas este castillo en dos aljibes fabricados al norte y este, defendidos por otro fuerte, construído en su intermedio, cuya entrada, conocida por la puerta del Sol, subsiste todavía. El cementerio, a 110 pasos al norte, bien ventilado y suceptible de muchas mejoras. Y, ultimamente, el establecimiento de los baños minerales, de los cuales nos ocuparemos por separado por ser dignos de la atención de nuestros lectores.

Confina el término: por el norte, con el de Zarza de Alanje; por el este, con los de Oliva y Palomas; por el sur, con el de Villafranca de los Barros; y por oeste, con los de Almendralejo, Torremejía y Mérida. Dista el límite norte del sur 3 leguas, y 2 el del este del de oeste. No hay río, pero, en cambio, se encuentran los 6 arroyuelos de Majadillas, Pilón, Valsar, Sarteneja, Lobosilla y Cerro del Moro. Se hallan también los despoblados de San Pedro, en el sitio del Cañuelo, y Buenaval, éste convertido en caserío con oratorio; las alquerías llamadas la Casa Blanca, Cerro del Moro y del Pilar, la venta denominada del Cuerno; los caseríos de Ovando, Palacio Quemado, Cárdenas y Gutierro, y una gruta llamada la Alambre.

El terreno es llano, en lo general, excepto las inmediaciones del pueblo, que son quebradas y pedregosas: las tierras son propias para labor y todas de secano, excepto en 16 huertas, que se riegan con el agua de la acequia del baño; la cabida del término es de 29.803 fanegas de tierra, se labran 7.491; pertenecen a pastos 21.612, a viñas y olivos 700, a olivos solamente 40.

Hay 3 caminos de herradura y 2 de rueda. Se recibe la correspondencia en Mérida, y el conductor está dotado con los fondos públicos y aprobado por la Dirección General de Correos.

Producción: trigo, cebada. avena, centeno, vino, aceite, habas, garbanzos y lino; se mantienen además 8.000 cabezas de ganado lanar, 1.500 de cerda, 200 de vacuno cerril, 80 de labor, 284 caballerías mayores dedicadas a la agricultura, 120 menores, 80 colmenas, y algún ganado cabrío.

Población. 264 vecinos; 960 almas.

Capital de producción: 9.213.772 reales.

Impuestos: 407.334 reales.

Contribución por todos conceptos: 25.516 reales, 29 maravedíes de vellón. El presupuesto municipal asciende a 10.200 reales, de los que se pagan al secretario de ayuntamiento 1.600 por su dotación; se cubre con los productos de propios consistentes en una dehesa de 1.500 fanegas, 40 de tierras concejiles, 112 en las vegas llamadas del Manso, y el arbitrio de la yerba del baldío denominado de las Yeguas.

Por una inscripción dedicada a Juno, que se encontró en los baños de que se ha hablado, y aún por los restos que se conservan de su fábrica antigua puede inferirse, fueron ya conocidos y muy apreciados de los romanos, y de aquí suponerse la antigüedad de esta población. Un ridículo folleto, escrito contra la historia de España del Mariana, sin idea alguna de la filología, atribuye a cierto general cartaginés su fundación y nombre. Este sin duda es debido a los árabes, y de aquélla nada puede decirse. Sin embargo, en el tercer camino que el itinerario romano describe desde Mérida a Zaragoza, la primera mansión que aparece es Contosolia, 12 millas distante de aquella ciudad. Andrés Resende la reduce a Alanje, sin otro antecedente que ilustre su correspondencia; la que la da este erudito anticuario lusitano, se presenta la más probable; aunque también se ha querido llevar a la villa de Mingabril, y traer a ésta otras reducciones poco científicas. Si existió en el sitio que hoy ocupa esta población la antigua Contosolia, de la voz apelativa de los iberos Conto o Canta, que se encuentra en este nombre, puede conjeturarse mucho más remoto, y más ilustre origen, del que el falsificador de la historia de Alanje la supo buscar.

En el año 915 de Jesucristo, don Ordoño tomó por asalto su castillo a los musulmanes, y pasó a cuchillo la guarnición. Estos volvieron a apoderarse de él, y en 1235 lo reconquistaron los cruzados, aprovechando las desavenencias que agitaban los estados mahometanos. Era villa exenta el año de 1300; el gobernador militar de Mérida se introdujo ejerciendo jurisdicción en ella, y después de un litigio con la corona, quedó sólo con el derecho de villazgo, dejando de ser aldeas suyas los pueblos de Zarza y Villagonzalo, que fueron sometidos a la jurisdicción de Mérida.

 

Alanje (Baños de)

 

Establecimiento de baños medicinales en la provincia de Badajoz, partido judicial de Mérida, término y a 200 pasos de la villa de Alanje, de donde toman su nombre. Al este de la villa, tocando a la cordillera de la sierra de la Mesilla, en el primer descenso o plano que forma el valle, antes de llegar a las huertas, se levanta un edificio cuadrilongo de 226 varas de circunferencia, formado de obras antiguas y modernas que revelan las vicisitudes que ha sufrido; las primeras, debidas sin duda a la grandeza y ostentación romana, consisten en dos soberbias bañeras, cubiertas cada una con una bóveda media naranja, de una altura y amplitud tal, que muchas de nuestras iglesias no la tienen mayor; veniales el agua por cañerías de plomo de 12 a 14 pulgadas de diámetro, y en el fondo forman una gran caldera de bastante profundidad con su gradería alrededor para sentarse y descender los bañistas hasta el punto que gustasen.

Sobre el borde de esta caldera o bañera y antes de entrar en ella, hay un pavimento o ámbito en redondo de vara y media de ancho, sobre el que empieza a levantarse la media naranja, y en su círculo se ven compartidos 6 nichos arqueados y en forma de alcobas, que servirían sin duda para desnudarse y vestirse los que se bañaban; estas dos rotondas son en todas sus partes de grandes moles de piedra de sillería, perfectamente enlazadas y de tanta solidez, que han sido contempladas por los curiosos viajeros como una obra eterna.

Abandonados durante la invasión sarracena, destruídos los acueductos y perdidas las aguas, han permanecido en tan lastimoso estado, hasta que en el año 1829, se emprendió su reconstrucción, y al efecto se ha levantado el nuevo edificio reunido al antiguo, que contiene 8 baños, 4 particulares y 4 generales; los primeros tienen 4 varas de ancho y 5 y un cuarto de largo; sus pilas son de figura de una palangana y tienen hermosos grifos en piedra de alabastro. Los segundos son circulares y tienen 62 varas de circunferencia; todos están bien adornados, las paredes lucidas con pinturas y armonías en la parte superior y se hermosean con cuantas obras se creen necesarias; sobre este edificio hay una azotea corrida, teniendo en sus extremos pequeños torreoncillos, en cuyo centro sobresalen las 2 medias naranjas de los antiguos y los 4 faroles de los particulares; en las cornisas se lee la siguiente inscripción: A don Fernando VII, la humanidad agradecida, por el restablecimiento de estos baños.

Descendiendo al análisis de estas aguas, hallamos pertenecen a la clase de accídulas o gaseosas, y son sumamente cristalinas; en su superficie se estrellan gruesas burbujas formando antes cordones vistosos; miradas al través se ven chispear como si estuviesen electrizadas; depositan un ligero légamo que cuando se revuelve deja también desprender burbujas; su sabor embota la dentadura, es picante y refresca un poco; son untuosas al tacto, su temperatura es de 22 grados Reaumur poco más o menos.

Este agua contiene bastante cantidad de ácido carbónico, y parece, que en 15 libras se han encontrado 6 y medio gramos de hidro-clorato de magnesia, 3 de carbonato de sosa, 6 de carbonato de magnesia, 8 de sulfato de sosa, 2 de sulfato de cal y uno de sílice.

Para el recreo y distracción de los bañistas se han construído varios paseos dentro del establecimiento, siendo el más notable el que hizo el capitán general de Extremadura don José San Juan, que lleva su nombre, y para dar simetría al edificio, se ha formado un patio al lado opuesto.

Se está además edificando una hospedería que dará honor a la provincia; tiene su fachada 32 varas y medias, y, por último, está proyectada la habilitación de las de las bañeras romanas, y en el día está ya limpia y desaguada una de ellas; si esta obra se lleva a término volverá a tener vida una de las más suntuosas de la nación.

Pegada al edificio hay una ermita y en el zaguán del mismo el reloj del establecimiento.

Estos baños se hallan abiertos desde 24 de junio a 20 de septiembre; fuera de esta temporada reside en Madrid su director don Julián Villaescusa.

 

Pascual Madoz. Diccionario histórico-geográfico de Extremadura, 1846