Durante la II República los trabajadores de la Diputación de Cáceres estuvieron expuestos a sucesivos ceses y nombramientos dependiendo del color político que estuviera al frente de los mismos. Los meses de gobierno del Frente Popular fueron un ejemplo de ello. Sin embargo, ninguna de estas depuraciones tuvo el alcance y repercusión de la efectuada por las autoridades franquistas durante la guerra civil y con posteridad a esta.
Con la guerra civil, nuestra provincia fue testigo de momentos turbulentos y transformadores. Épocas de convulsión política, conflictos ideológicos y cambios de régimen dejaron una huella indeleble en la estructura y funcionamiento de la Administración Pública.
En Cáceres el 19 de julio de 1936 los sublevados cesan a alcaldes y concejales, en el caso del ayuntamiento. En el caso de la Diputación destituyen a su presidente Ramón González Cid, nombrando a un militar para sustituirle Carlos Montemayor Kraüel, coronel de infantería. También cesaron a los componentes de su Comisión Gestora: Antonio Fernández Serrano, Santiago Sánchez Mora, Francisco Gundín Hurtado, Antonio Pedro Barquilla Barrado, Rafael Bravo Luceño y Ángel Barrios Pérez siendo nombrada otra afín al Alzamiento.
Además del cese del presidente y componentes de la Comisión Gestora, también los empleados públicos de la Diputación Provincial se vieron afectados por el nuevo régimen político mediante los expedientes de depuración.
Por este motivo los expedientes de depuración de empleados públicos en la Diputación de Cáceres comenzaron a incoarse ya desde el inicio de la guerra civil. Será en septiembre de 1936 cuando se produzcan la mayoría de los ceses, aunque también los hubo con posterioridad.
Se pretendía eliminar toda posible actividad de cualquier persona u organismo que pudiese levantar sospechas o suponer algún atisbo de oposición al nuevo régimen.
La practica represiva adquirió un papel preponderante en todo el ámbito provincial de forma que las depuraciones se extendieron a incautaciones de bienes, encarcelamientos o fusilamientos.